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domingo, 24 de abril de 2011

La secta Nueva Acrópolis


Haciéndose pasar por asociaciones culturales, grupos como Nueva Acrópolis buscan enajenar a sus miembros en actividades que bien podrían catalogarse como sectarias

Cafecitos y Tapalpa

AL PRINCIPIO parecía una buena idea. Ir a la sierra de Tapalpa y  practicar el deporte extremo. ¿Por qué no? Además, durante la noche, se daba un tiempo para la reflexión sobre las actividades hechas durante el día. ¡Vaya, eso es seso y músculo! Y para rematar,  el grupo ofrecía los sábados en la tarde conversaciones de café en un establecimiento bien conocido sobre la avenida Vallarta, justo a tiempo para asistir, cotorrear un rato, y después ir al cine o a donde quiera que se necesitara.

 “Me agrado el hecho de ir a platicar de algo que no fuera tragar gente, la verdad” confieza Lulú (cuyo nombre he cambiado aquí) y quien se integró a las actividades de Nueva Acrópolis por un tiempo.
 De modo que, hasta ahora, ¿qué habría de malo?



Esoterismo autoritario

Tal vez podrían objetarse los ingenuos temas de conversación que con frecuencia se manejaban en los debates, como la Alántida, la astrología, la alquimia, junto al “poder de una sonrisa”. Pero bueno, después de todo en esta vida hay que ser tolerantes; nadie tiene el monopolio de la verdad ¿no es cierto?

O tal vez (más importante) la manera en que los miembros adquirían un carácter áspero tan pronto como por una u otra razón, uno no podía asistir a sus reuniones; la manera en que querían embaucarlo para tomar un taller de “autoconocimiento” que duraría tres meses, pero que a los seis no agarraba ni pies ni cabeza, y donde se pretende hacernos engullir las fumadas de Madame Blavatsky, fundadora de una cuasi religión sincrética llamada teosofía; o que pronto uno estaba obligado a repartir volantes (tal y como se parodia en la película de Alex de la Iglesia, El día de la Bestia) y no hacer nada más por el resto del día. Fue precisamente mediante el volanteo que Lulú en lo particular comenzó a asistir a las charlas de café de Nueva Acrópolis.

¿Podría esto? 

¿Convertirse en esto?

La secta

Según un informe brindado por la Asamblea Nacional Francesa, Nueva Acrópolis es una secta con tendencias claras de extrema derecha, y gustos paramilitares. Independientemente a los numerosos reportes de este tipo, es posible pasarse años orbitando en el grupo sin ver nada de esto, porque dichos secretos son revelados únicamente a quienes aceptan con mayor facilidad la manipulación de los líderes y muestran menos reproches y criticas a las numerosas tareas que estos le impondrán. 

 “La propaganda no debe asustar ni producir un impacto excesivo, con riesgo de ser considerada sospechosa y rechazada. Una invitación aparentemente inocente a seguir cursos y conferencias es más provechosa que la exposición violenta de símbolos misteriosos o sentencias enigmáticas…la propaganda debe ofrecer una imagen acogedora de conveniencia personal, sin dejar ver que se llama a cambiar su vida y cargarle con enormes sacrificios y esfuerzos. Una vez dentro nos entienden mejor y consideran estos sacrificios como honores, pero antes, espantan a la gente”

Así que el enrolamiento tiene lugar con excursiones, pláticas de café, conferencias y talleres, donde, haciéndose pasar por una asociación cultural, se hacen de nuevos cuerpos para sus fines.

El adoctrinamiento

El adoctrinamiento es gradual y lentamente se va apoderando de la vida del recién ingresado. Primero son las charlas de café, luego será invitado al curso de “autodescubrimiento” donde acto seguido se le dará una tarea para el grupo, haciéndole claro que con ello se ganará aún más la admiración y aceptación de todos:

 “Comenzaron a hacer actividad, tras actividad, tras actividad, donde al final realmente no se hacía nada, pero había que estar ahí (...)” recuerda Lulú “Al salir de trabajar la cosa era ir ahí, salir a las diez, once, once y media si bien nos iba, y luego el sábado todo el día, el domingo todo el día…”  

Las tareas consistían en organizar obras de teatro, llevar a cabo un taller de cine (donde el contenido de las películas se adapta a la tendencia acropolitana), etc. Lentamente los amigos y familiares del individuo presenciarán como se aleja de todo y de todos, imbuido en ese acropolitanismo totalitario.

Lulú confiesa que comenzó a desilusionarse por la falta de calidad de las clases. Esta falta de calidad parece ser característica de la filial de Guadalajara, si bien “no importaba mucho, porque yo no iba a aprender la filosofía del mundo ahí; no estaba esperando que un curso de una institución en una casa, donde tiene tres alumnos, pues te den unas clases de filosofía de mucha calidad…”


Jorge Angel Livraga Rizzi o "El emperador", como se hacía llamar

¿Es peligrosa?

Generalmente los críticos de esta asociación afirman que es demasiado insignificante como para presentar un peligro, pero acaso tan sólo por eso. Sabiendo que en 1985 el periodista Pepe Rodríguez advirtió en un artículo sobre Nueva Acrópolis sobre el armamento que, al menos entonces en España se resguardaba en los cuarteles de esta secta, decidí contactarlo sobre este particular.
“El gobierno español no hizo nada contra N.A., ni contra ninguna otra secta, lo que se ha hecho en España es todo trabajo de particulares” me contestó en un correo electrónico. “La investigación y el inicio del proceso judicial que llevó a la condena de Livraga [fundador de Nueva Acrópolis] por tenencia ilícita de armas fue sólo obra mía, desde la policía sólo recibí problemas y ninguna ayuda. En fin...”
 Según siguieron las cosas, el periodista asegura que fue amenazado por Nueva Acrópolis, razón por lo cual tuvo que recurrir a instancias legales y se inició un juicio contra Ángel Livraga.

“El juicio contra Livraga y su guardaespaldas se celebró el 13 de junio de 1988 en la Sección Tercera de la Audiencia provincial de Madrid” continúa Rodríguez en su correo. “El proceso que inicié contra ellos es el sumario número 10/87 CP del Juzgado de Instrucción 23 de Madrid.

La sentencia condenatoria es la 203 de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Madrid, de fecha 15-6-1988 (…) textual:

La Sala acuerda por mayoría, condenar al procesado Jorge Angel Livraga Rizzi como autor de un delito de tenencia ilícita de armas, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de seis meses y un día de prisión menor, con sus accesorias de suspensión de cargos públicos y derecho a sufragio durante el tiempo de condena, y al pago de las costas procesales. Para el cumplimiento de la pena se le abona todo el tiempo de prisión provisional sufrida por esta causa  Y la sala aprueba el auto de insolvencia en su día consultado por el Instructor

 Al menos entre los rangos menores en Guadalajara, la afición de Livraga por vestir uniformes militares es vista como una inofensiva excentricidad, y  no aceptan que estén imbuidos en una secta. Una de las liderezas locales aseguraba que nada de eso era cierto. Empero, es muy difícil desmentir las acusaciones cuando el grupo no destaca por su transparencia.

Todo el asunto no deja de ser lamentable. Muchos jóvenes están hábidos por medios donde puedan expresar sus gustos, intereses e inquietudes, sin terminar siendo explotados, o que su vida sea monopolizada por una organización del tipo a Nueva Acrópolis.
 
 
 

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