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España: La Guardia Civil destruye las pruebas contra un grupo nazi antes del juicio "Operación Panzer" (involucrados supuestos militantes de Democracia Nacional, España 2000 y Nueva Acrópolis)

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sábado, 28 de febrero de 2015

Sectas y servicios de inteligencia


20 de noviembre de 1978, en Guyana tuvo lugar el mayor suicidio ritual que hasta la fecha haya protagonizado una secta. Sin embargo, no todo parece tan claro como se contó en un principio. En Japón cuenta con la representación política de una de sus ramificaciones, el Obutsu Myogo. Su programa electoral propugna la instauración de un gobierno teocrático jerarquizado, un proyecto demasiado ambicioso que supone una vulneración el artículo 20 de la Constitución japonesa de 1945 en la que, para garantizar la separación de Iglesia y Estado, se prohíbe la existencia de partidos políticos ligados a intereses religiosos.

El CESID

En su libro Contra lo Irracional, Ramiro Pinto recoge el testimonio de un ex-dirigente de Nueva Acrópolis: 

"Una organización como Nueva Acrópolis puede hacer cambios con los poderes políticos; lo mismo se dice sobre la Iglesia de la Cienciología que fue reconocida como religión en Estados Unidos a cambio de apoyar los intereses norteamericanos en Rusia". 

La representación de Nueva Acrópolis en Israel, hace sospechar que esta organización pudo haber establecido un acuerdo previo con el MOSSAD. 

 Documentos secretos a los que hemos tenido acceso en exclusiva para el presente reportaje, evidencian los contactos mantenidos por esta secta con la cúpula del CESID, con el objetivo de que el ministerio del Interior no vuelva a infiltrar a sus agentes para que investiguen en el seno de su estructura. Bajo el epígrafe "Planes de Acción", se recomienda a los dirigentes acropolitanos la necesidad de realizar visitas protocolarias a los Servicios de Inteligencia estatales: "Aportando complementos de documentación y estableciendo un diálogo que nos permitirá comprender cuál es la temperatura ambiente". 

Quizá sea éste uno de los motivos por los que no resulte nada extraño el hecho de que cuando uno, ingenuamente, se dirige a cualquier estamento oficial solicitando información sobre determinados grupos sectarios, la respuesta con la que se encuentre sea siempre la misma: "El gobierno niega todo conocimiento". 

31/07/2001

Fuente: Año Cero


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