La organización internacional, sin fines de lucro, es puesta en
duda por la tesista de Filosofía Isabel Gallegos, quien atribuye que los
conocimientos impartidos por Nueva Acrópolis no tienen un peso
importante, de personas que estén instruidas en la materia. Por lo que
el requerimiento de nuevos integrantes a través de cuotas es puesta en
duda bajo esta visión academicista.
Nueva Acrópolis es una organización
con presencia en 40 países. Este grupo ha tenido conflictos en diversos
países, por lo que entre sus colaboradores de Concepción permanecen
reacios a transparentar los conceptos que promueven como valores
universales.
El equipo de periodismo llegó a la sede penquista ubicada en Rengo
1290, pero los contribuyentes de la organización, en su totalidad
rechazaron dar declaraciones, abalándose en que muchas veces los han
sacado de contexto, por lo que establecieron no hablar con la prensa.
Además expresaron su miedo, el cual se remite a un informe llamado Cotrell, en el cual se estipula como una organización sectaria.
A Nueva Acrópolis asisten diversas personas que acuden a las charlas gratuitas que ven en afiches dispuestos en las calles y en su página de facebook.
La interrogante reside en que su requerimiento para que los individuos
continúen participando de clases, tiene una exigencia de incorporación
de $5.000 y una mensualidad de $25.000, dependiendo de la duración de
los cursos y la cantidad de participantes. Los recursos recaudados no se
sabe donde se dirigen con claridad, ya que también no respondieron a
esa pregunta.
De esta manera, Isabel Gallegos, tesista del Departamento de
Humanidades de la Universidad de Concepción, considera vulgar el tipo de
filosofía que se quiere impulsar en Nueva Acrópolis, por la forma y por
los contenidos que se muestran.
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En general las charlas están enfocadas a la filosofía budista, la
filosofía del yoga, por ejemplo. Conceptos erróneos entre sí, ya que la filosofía es un concepto occidental,
por lo que no se deja en claro que percepción es la que se quiere
impartir al juntar dos temáticas que no tienen relación entre sí. Así
lo explica Gallegos, quien habla sobre sus errores en la práctica
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Lionel Zuñiga, sociólogo de la Universidad de Concepción, opina que
no es una forma inadecuada de hacer filosofía la que se practica en
Nueva Acropolis, pero hace énfasis en que es de carácter informal.
Entonces la duda radica en cómo una organización, puede recaudar
fondos a través de prácticas que no tienen una asiduidad figurada, desde
un punto de vista teórico. Zuñiga es categórico al dar luces de la
posibilidad de que la organización lucre con las iniciativas que
promueve.
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Frente a la pregunta que se le realizó a Zuñiga, respecto a si existe
algún mecanismo de sanción o evaluación, frente a la duda de los
ánimos de lucro a través de las clases, es claro en explicar que es poco
posible.
Al tener una vigencia internacional y respetar los preceptos de las
leyes chilenas, las sanciones estarían vinculadas a estipulaciones de
carácter moral “atentar contra las buenas constumbres” como explica el
sociólogo.
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De esta forma, queda que las personas que asistan a las instancias de
conversatorios, puedan evaluar personalmente el valor de aquellas
enseñanzas. De esta manera sería importante saber qué rango etario
asiste a las charlas y de qué condiciones económicas.
Pero la organización, al tener sus puertas cerradas para los medios
de comunicación, aumenta las dudas sobre su correcto funcionamiento y
los valores que promueven, que se contradicen con la práctica de
accesibilidad a la información.
Fuente: periodismoudec.cl - Universidad de Concepción, Chile (para ver vídeos en la fuente)